LA EPOCA DEL ESPACIO Y SU RECORRIDO HISTORICO
Cada época dice Foucault, tiene su gran obsesión, el tema alrededor del cual se desarrolla y se estructura. La época actual seria la época del espacio: “estamos en la época del simultaneo, en la época de la yuxtaposición, en la época de lo próximo y de lo lejano, de lo contiguo y de lo disperso.”
Hay que decir al mismo tiempo que el espacio que conocemos hoy en día no es una innovación. Tiene su historia durante el tiempo, y seria posible trazar su recorrido.
En la Edad Media había una conjunto de lugares que estaban jerarquizados: lugares sagrados y lugares profanos, protegidos y abiertos, urbanos y rurales, dicótomas que diferenciaban el espacio general en subcategorias bien definidas. Toda esta jerarquía era lo que se puede llamar el espacio medieval, o sea el espacio de localización.
Este espació nació con Galileo, que descubrió juntos al hecho de que la tierra formaba parte de un sistema móvil de planetas un espacio infinito y abierto: “el lugar de una cosa ya no era más que un punto en su movimiento, así como el reposo de una cosa era su movimiento indefinidamente reducido. A partir de Galileo, la extensión sustituye la localización”.
“Hoy en día el emplazamiento sustituye a esa extensión que reemplaza a la localización.”
El emplazamiento se define por las relaciones de cercanías entre puntos y elementos, que se organizan como una red global.
“Estamos en una época en la que el espacio se nos da en la forma de relaciones de emplazamiento.
La inquietud de hoy concierne fundamentalmente al espacio, sin duda mucho mas que al tiempo; el tiempo nos parece probablemente sino como uno de los juegos de distribución posible entre los elementos que se reparten en el espacio”.
REFERENCIAS A BACHELARD
Como dice Bachelard en su obra, no vivimos en un espacio vació y homogéneo sino lleno de cualidades; el espacio de nuestras percepciones en primer lugar, de nuestro sueños:
“no vivimos en una especie de vacío en cuyo interior seria posible situar individuos y cosas. No vivimos en el interior de una vacío coloreado por diferentes tornasoles, vivimos en el interior de un conjunto de relaciones que definen emplazamientos irreductibles unos a otros y no superponibles en absoluto”.
