28 mar 2011

Documental + Inmigración: Pero ¿Dónde vas?

"Pero ¿Dónde vas?" es un documental producido y realizado por el colectivo artistico/audiovisual FTZ de Badajoz -España-.

La historia de las ciudades siempre ha sido vinculada con las técnicas de transporte y almacenaje de bienes como de personas y de la información. Estas técnicas constituyen hoy el sistema de movilidad (PIB-personas, información, bienes), sistema que interactura e influye en la forma física de las ciudades y en su organización social.
En el pasado la gente solía vivir en el mismo lugar en donde nacía y se relacionaba con su entorno, hoy en día los individuos pertenecen a grupos siempre mas diferentes y a lugares “transitorios”. Deciendolo con las palabra de François Ascher, urbanista y sociologo frances: “la movilidad es consecuencia e instrumento de la diversificación social.
Es una ilusión creer que podríamos retornar a un estilo de vida de un pueblo o de una vida centrada regionalmente, en donde todo lo que hacemos sucede localmente...no hay vuelta atrás en la demanda por una mayor diversidad culturar, y la cultura y el ocio seguirán generando un desarrollo urbano a gran escala”.
Cambiamos de casa, de ciudad, de trabajo, y de entorno tan frecuentemente que esto cambia también el tipo de relaciones sociales; conocemos siempre a mas gente pero a la vez nos relacionamos con estas siempre con meno frecuencia.
La movilidad es indispensable. Es un acceso al mercado laboral, las oportunidades de trabajo son directamente proporcionales a las capacidades de movilidad. Se ha convertido en una especie de derecho genérico, una precondición de los otros derechos y a la vez una obligación, ya que viajar, trasladarse de un sitio a otro e incluso inmigrar en otro pais es una condición indispensable para estar al paso con el mundo y encontrar lo que antes estaba al alcance local.
Sin embargo encontrar su propio sitio en el mundo y aclimatarse fuera del propio hogar es y será algo al que nunca el individuo se acostumbrará.
El documental "Pero ¿Dónde vas?" describe esta situación en un rincon de España, vivido por personas fuera de sus hogares natales, a los que la velocidad de nuestra epoca les ha transformado en nuevos seres moviles.
Habla de diferentes mundos dentro de un unico entorno, de ciudades, costumbres, culturas y personas diversificadas que se encuentran bajo el mismo techo urbano, conviviendo las consecuencias de la nueva forma de vida instaurada en nuestro mundo.

Quieria terminar con las palabras de un filosofo frances Gastón Bachelard, mas que nada para que todo esto no se quede como una visión pesimistica total de nuestros tiempos, para que seamos concientes de que se puede siempre encontrar una casa que tenga el derecho de ser llamada así:
Todo espacio realmente habitado lleva como esencia la noción de casa. La imaginación trabaja en ese sentido cuando el hombre ha encontrado el mejor albergue. En suma, viviendo la casa en su realidad y su virtualidad, con los pensamientos y los sueños”.
Aquí dejo la web del proyecto y el enlace para poder ver el documental online.

www.perodondevas.com
http://www.vimeo.com/21551580 
 

Mateo Maté - Viajo para conocer mi geografía

El texto que sigue forma parte de un catalogo de obras del artista español Mateo Maté.
El catalogo en cuestión, como la exposición a la que se refiere, lleva el titulo de "Viajo para conocer mi geografia", una introspección del artista hacia su mundo interior y de aquel de lo cotidiano de su hogar. Un recorrido a travez de los simbolos de una vida pasada vividos durante el viaje de regreso al hogar de siempre. La conexión con el presente, con una nueva vida, y el viaje de una a otra para llegar a conocerse, a conocer su geografia, su vida, su ser.
Lo que dejo aquí es parte de lo que compone ese catalogo, el artista Mateo Maté visto con los ojos y las palabras de Sergio Rubira (redactor de la revista EXIT), y lo dejo tal y como está porqué son notas de viaje, y no se tocan!




Empiezas a aburrirte. Son demasiadas horas. Un viaje muy largo. Recuerdas que has comprado varios periódicos en la estación. No sabes dónde están. Distraídamente los guardaste, sin ni siquiera mirar sus portadas.
Pero son demasiadas horas, un viaje demasiado largo. Parece que dura toda una vida.
Lo que cuentan, siempre es lo mismo: estadísticas positivas, índices negativos, afirmaciones del gobierno y réplicas de la oposición, viajes de estado, atentados, guerras, ataques, asesinatos, violaciones, acosos, descubrimientos científicos, muertes, premios inmerecidos, fiestas, romances reales (y tam- bién montajes), deportes, mucho fútbol, anuncios por palabras, el horóscopo (alguien te traicionará, escriben), y lo que todo el mundo lee, la programación de televisión.
Los que no duermen están inmóviles ante la pantalla del pequeño televisor que ocupa el centro del pasillo. Parecen hipnotizados, abstraídos, alienados. Aún haciendo el viaje acompañados, no hacen caso del que tienen al lado. No viven, viven por ellos. No piensan, piensan por ellos. Lo que ocurre en la pantalla parece más interesante que lo que a ellos les podría suceder nunca.
Pero nadie te presta atención, están mirando la televisión. Sólo un niño, al final del vagón, te mira curioso, todavía inocente.


Un pitido, que no correspondía a la melodía que escuchabas, te saca del otro viaje. Una voz te anun- cia que el tren va a parar. Una ciudad a medio camino de tu destino. Un lugar desconocido, no recuerdas haber estado allí nunca. ¿Y si te apearas y te quedaras allí, desapareciendo, olvidando el pasado y empezando de nuevo? Una vida feliz susurras. Un cambio sin tener que dar explicaciones, sin justificarte ante nadie. Simplemente desaparecer. Convertirte en un fantasma, en un recuerdo. Enterrar lo sucedido y construir una nueva vida. Pero es imposible no acordarse, aunque sólo sea de frag- mentos. ¿Y si te arriesgases y saltaras del tren, abandonando tu equipaje, tus cosas en el vagón, dejando el pasado dentro de la maleta?
Pasas por un túnel y la oscuridad de fuera te deja verte reflejado en el cristal de la ventanilla. No hay nada detrás que puedas mirar. Estás solo. Tú no fuiste. Lo sabes, o lo dudas. Buscas, y concluyes que tú no fuiste. No, no fuiste. Aunque ya lo has comprendido, no sabes qué es lo que has sido o lo que tenías que haber sido. Por eso viajas, para encontrarte. El viaje es largo, como una vida.

Bájate del tren. Apéate y termina ya con todo. Arriésgate, siempre has sido el más valiente - te animas. El túnel continúa. Tu infancia, tu adolescencia, tu niñez, tu madurez pasan, en un instante, por delante de tus ojos, fotograma a fotograma, imágenes estáticas, una tras otra, ordenadas, como los libros de una biblioteca o del montón de periódicos que acumulas día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, en tu casa.
La oscuridad termina y no te reflejas. No puedes mirarte. Entras en la ciudad, la estación se acerca.
No has abandonado tus cosas en el vagón para empezar una nueva vida. Concluyes que el riesgo era demasiado grande. Te has vuelto cómodo. Te obligas a llegar al final, quizás, volviendo, logres contestar a tu pregunta. Has echado raíces y no te habías dado cuenta. A lo mejor el riesgo está en eso, en echar raíces y en regresar. Eres consciente de que algo ha muerto, o alguien, tú mismo. Ya no puedes huir, has echado raíces, has quemado una etapa, la estación ya ha pasado, y tú continúas. Ya no eres quien eras.

El viaje es demasiado largo, parece durar toda una vida.
De repente se eriza tu piel. Acabas de recordar que huyes. No sabes de qué, o de quién. Ni por qué. Prefieres olvidar, no lo puedes contar. No tienes tiempo de reír. Estabas encerrado, en una fosa, dándote golpes contra sus paredes. Por eso lo hiciste. Aunque parecías frágil, eras más fuerte de lo que creías y también podías hacer daño. Por eso lo hiciste. Ahora te sientes culpable. Escapaste. No quieres contarlo, es demasiado doloroso. Ya te lo habían advertido: el amor puede doler. ¿Te fugaste o te enfrentaste? La verdad es distinta desde el lugar en el que se mire. Había llegado ese momento en el que las heridas se hacen úlceras y nunca cicatrizan. Tenías que acabar, salir de allí. Ya no sabías quién eras. Para eso viajas, para encontrarte.

Pero, ¿fuiste la víctima o el verdugo?. Yo no he sido - te repetías. No, tu no fuiste porque la verdad es distinta desde el lugar en el que se mire. Conformarse era peligroso y preferiste arriesgarte a perder lo que tenías. Lo cómodo era quedarse, por eso lo hiciste. Ahora vuelves para reconciliarte contigo mismo, y, desnudo, muestras las espinas clavadas que todavía pinchan.

Escapaste. Ahora estás en camino, reconstruyéndote, recomponiéndote. Piensas en todo lo que sucedió intentando adelantarte a lo que sucederá. Pero sabes que es imposible. No puede recuperarse el pasado sino sólo en fragmentos. De lo ocurrido sólo quedan restos, desperdicios, lo verdadero se consumió cuando todavía era presente y lo presente no existe, sólo en recuerdos. Lo verdadero había huido por las grietas de las paredes que te habían encerrado.
Los muros de cristal, que en principio te protegían, se habían convertido en una prisión que no te dejaba crecer.
Habías perdido la perspectiva, te sentías seguro, te engañabas. No hay nada cierto, dijiste antes de marcharte por una de las rendijas.
Cada día creías más en la teoría del caos. Era lo único tangible, lo único palpable, lo único seguro. La vida se había convertido en un juego de débiles equilibrios que en cualquier momento podían romperse. Un acontecimiento, el más pequeño, era capaz de destruir las paredes de la urna en la que te habías guardado. Lo que te protegía, lo que te daba seguridad, era más frágil que tú.
Te cortaste al salir. Sin embargo, ahora te has descubierto reflejado en unos cristales, los de las ventanillas del tren, recomponiendo, trozo a trozo, etapa a etapa, lo que destrozaste. Pero, aunque intentas hacerlo delicadamente, la tarea es irrealizable porque, por mucho que el pegamento una, siempre quedarán huecos por los que fugarse.

Miras a través del cristal. Intentas atravesar la superficie, quieres hacerlo para encontrar lo que hay detrás, lo que esconde. Todo es superficie y superficialidad. Vivimos en un escaparate, encerrados entre paredes de vidrio. Hoy eres lo que pareces ser. Pero, a ti, eso no te convence. Quieres perforar la piel para encontrar lo que hay detrás. Ir más allá de lo aparente, desnudando los trucos. Deseas quitarles el disfraz para que se muestren tal y como son. Las cosas tienen que ser, no que parecer. Sin embargo, sabes que tú también eras un farsante. No te desvelaste sino que procuraste ocultarte. Sabías que existía una estrategia y la utilizaste. Sin remordimientos has decidido descubrirte.



Rabira S., "Mateo Maté, Viajo para conocer mi geografía", 2002, Palma de Mallorca: Centro de Cultura -Sa Nostra-.

27 mar 2011

III Etapa -Autobús-


Llegamos, en plural, porque hasta que no salimos del aeropuerto somos como una pequeña comunidad de desconocidos. Personas que han compartito todo el tramite del vuelo, que quiera o no están allí.  Antes de despedirme de ellos mediante simples miradas siento como el tiempo compartido con ellos ha sido real, como en algun sentido y por alguna extraña explicación los conozco; percibo aquellas caras como una conexión entre el lugar de salida y aquel de llegada, son familiares.
Salimos del avión y enseguidas entramos en el bus que nos lleva a la entrada del terminal, unos minutos de trayecto e ya llegamos, salimos del bus y como un rio de hormigas hacia la comida vamos andando hasta las puertas del aeropuerto, todos juntos, por ultima vez.
Todo el mundo está a la espera, de camino solo se escuchan las ruedas de las maletas que rozan con el suelo lucente, como si aquella euforia del viaje estaría muriendo y solo queda el silencio como unica despedida.
Y atravieso aquellas puertas, otra vez.
Justo el tiempo de llegar al otro lado y entro por otras, aquellas de las salidas; esta vez solo de paso, el tiempo de desayunar como todas las veces, el ritual de la media mañana necesario para aguantar otro medio dia de camino.
Un buen desayuno y por fin salgo de allí, en el caos de gente en viaje.
Unos metros mas allá me espera un autobus, el que me lleva del aeropuerto a la estación de trenes. Es un autobus privado, ya que aquellos de la red urbana de transportes no llegan hasta aquí, está demasiado lejos. Es una hora de viaje para llegar en el corazón de la capital.
Al lado del autobus hay el solito chaval que me vende el solito billete, le conozco bien, el obviamente no. Y listo, justo el tiempo de fumar un sigarro y el viaje sigue.
Esta vez no, el autobus ya sale y sin sigarro, nervios!!!
Me meto dentro, no está del todo lleno, hay muchos asientos libres y soy el unico que no está allí por turismo. Me siento al lado de la ventanilla, me lio un sigarro, y espero!!


Anteprima de la tercera etapa:

VIMEO: ...mirando la espera...



24 mar 2011

II Etapa -Avión-


Se oye un ruido minutos después del aviso de la ultima parada, el tren está llegando, se nota enseguida el cambio del sonido, la frenesia de la gente que queda en el vagón, la gana y la prisa para salir de allí y coger cada uno su avión su vida o su viaje, o su viaje de una vida.
Finalmente bajo yo también, por ultimo, como siempre; no me gusta estresarme para llegar primero, hay tiempo y el viaje es largo. Camino hacia los torniquetes, hay cola para pasar al otro lado, en donde empieza el espacio de la espera, en donde las rutas y los destinos se dividen a una escala mayor.
Paso, timbro el billete, mi pasaporte de tierra. Antes de seguir todo el mundo se para delante de las pantallas, miran si sus vuelos existen, si hay retrazos, cambios, novedades. Paso delante de ellos, no hay porqué parar. Subo las escaleras mecánicas, primera planta: las llegadas. Sigo subiendo a la segunda escalera, y cómodo veo en la mega pantalla puesta delante de ella todas las informaciones de mi vuelo; bien, no hay retrazo!!
Llego a las puertas del aeropuerto, se abren a invitarme en el frenético mundo de las alas, entro y enseguida se nota una inmensa cola de gente: los controles. Acelero el paso (como cada vez que se ve una cola que hay que hacer) y me pongo allí, en la serpiente humana, esperando a cada paso avanzar para poderme deshacer de todas mis cosas.
Limpio, no tengo armas, a parte una cámara y una grabadora, que también pasan los controles. Cojo mis dos cajones y me pongo en una de las mesas a montar todo lo que había desmontado de mis prendas: botas, cinturón, monedas, móvil, pulsera, cartera, monedero, abrigo, gafas, cámara, grabadora.
Monitorizo las pantallas, otra vez, para saber adonde ir. Me acerco al gate, otra gran cola de gente, soy el ultimo, bien. Los últimos que pasan al embarque son los primeros que luego bajan del autobús para entrar en el avión.
No quiero ser el primero en subir, solo quiero mi asiento de siempre, el mas ancho y cómodo, el de la salida de emergencia. No siempre soy el primero, pero siempre el asiento en cuestión está libre, y si no este el de al lado. No tiene mucha competencia, quizás porqué antes de cada salida la azafata se acerca y me cuenta lo que tengo que hacer en caso de emergencia.
Pasan los minutos en la confusión del poco espacio de un pasillo de avión (low cost), entre gente que intenta meter sus maletas en los compartimientos y otros ya sentados me acerco a mi asiento, vacío, y cómodo me siento esperando y mirando la confusión a mi alrededor. Un agobio que desaparece enseguida!
Otros minutos, tareas obligadas la muestra de los sistemas de seguridad y los procesamientos en caso de emergencia. Otros minutos, se encienden los motores y tu cama empieza a moverse, se acerca a la pista, poquito a poco.
Se respira un aire tenso, pasa el tiempo, pero nunca nos acostumbraremos a volar, somos animales de tierra. Empiezan a sonar los motores, unos segundos y el avión acelera. La presión hacia atrás se hace notar, nos tiene a todos anclados a los asientos, esperando aquella sensación de vacío instantáneo. Y volamos, dentro de las nubes y sobre las ciudades, para pasar tierras y océanos, para llegar allí donde cada uno quiere. Soñando en vuelo.


Anteprima de la segunda etapa:

I Etapa -Metro-


Son las siete de la mañana, salgo de casa a esta hora, como todas las veces, para llegar a tiempo al aeropuerto. El avión sale a las nueve, justo el tiempo de cruzar la ciudad y los varios controles, ir al baño si me da tiempo y por fin sentarme e intentar dormir en vuelo.
Salgo de casa, es un día de lluvia. 
Me acerco a la parada del autobús, espero, llega y me lleva a unos kilómetros más allá, donde bajo y voy andando hasta el metro, mojado, pero con ganas de viajar; esta vez es todo igual pero un poco diferente.
Bajo al metro, a la taquilla me atiende una joven muy maja, recargo la tarjeta con un viaje, solo ida, ritual! Mientras tanto por de bajo pasa un metro, se oye, se ve, me doy la vuelta medio preocupado, ella lo nota: <<no es este>> dice, y animado contesto: <<menos mal>>. Los metros de Valencia, por lo meno aquellos de la madrugada, (aquel que cada vez me lleva al aeropuerto) pasan cada quince minutos, y perder uno significa correr para llegar a tiempo.
Sigo bajando, se oye llegar otro tren, no es el mio. Espero unos minutos, el tiempo calculado y llega mi tren. Hay gente, como todas las veces; la vida laboral empieza muy pronto en la ciudad. Entro sin hacer mucho camino, se exactamente que posición del anden y del tren favorecen el tiempo de mi viaje. 
Me hago hueco para sujetarme, tranquilo, el viaje es largo, y solo algunos comparten su ruta. Me esperan dieciséis paradas, casi una hora de viaje bajo tierra, una hora de vidas.
Pasan unos minutos, el tiempo de llegar a las paradas del centro-ciudad y encuentro sitio. Me siento, y allí paso la siguiente hora, casi sin moverme y escuchando los miles de sonidos que me atraviesan la cabeza. 
Mi ruta no es común a todo el mundo, la ultima parada sirve solo para algunos que comparten mi tren. Mi visión por lo tanto es diferente, en cuanto me siente cambia mi punto de vista, ya no soy el viajero subterráneo cotidiano, ya no soy simplemente de paso, o por lo menos ya no me siento así.
Pasan vidas delante de mi: pensamientos, preocupaciones, sueños, deseos, miedo de llegar tarde, ganas de volver lo mas pronto en casa y seguir durmiendo, ganas de salir de aquel maldito vagón, ganas de quedarse allí todo el día. Muchas personas atraviesan mi mirada, desapareciendo detrás de las puertas de mi vagón, y solo algunas de ellas se quedan conmigo, quizás compartiendo justos al viaje también mi visión. 
Midiendo cada ruido, cada detalle, cada paso de aquel mundo subterráneo que me lleva a la etapa siguiente, que me proyecta a lo que me espera para llega a casa...


Anteprima de la primera etapa:


23 mar 2011

La estructura del viaje

Construcción

 Ingredientes:
-2 chapas DM 40x40x2 cm
-4 listones de madera 54x3x4 cm
-2 listones de madera 98x3x4 cm
-1 tubo de hierro 65cm x 10mm de grosor
-1 tbo de hierro 30cm x 12mm de grosor
-1 plancha de hierro 45x45cm x 3mm de grosor
-1 motor con eje decentrado a 220 W,
    velocidad = 1 vuelta en 55 minutos
-1 tuerca 4mm
-1 tornillo 3mm
-3 tornillos  2mm para el motor






La estructura del viaje

Bocetos


Preparando el viaje

Ha llegado el momento, la parte quizás mas importante de este proyecto, la vida vivida durante el viaje documentada paso por paso, la grabación completa del viaje hacia casa, de las escenografías transitorias de la memoria.
Una etapa arriesgada, meticulosamente preparada y lista para ser vivida, otra vez, como siempre; con la única diferencia de llevar juntos al mismo equipaje de siempre, una cámara y una grabadora a la vista de todos. Herramientas que por esto pasan bajo la mirada de todo el mundo como objetos normales y corrientes que se llevan de viaje.
Ese es el segundo intento de grabación después del primer fallo debido a problemas tecnicos. Se repite la etapa, munido de una cámara GOPRO HD colocada al cuello, y una grabadora H2 en la mano, voy a grabar todo el viaje que me lleva de una vida a otra, de un país a otro, para documentar las 12 horas vividas de transito y para plasmar en materia visual las escenografías transitorias de mi memoria.
...Me voy de viaje...


13 mar 2011

Marc Augé - “Por una antropología de la movilidad”.


EL CONCEPTO DE FRONTERA

según Lévi-Strauss el concepto de frontera se ha utilizado desde la aparición del lenguaje para dar un sentido simbólico al mundo, para poder vivir en el y conseguir entenderlo. Sin embargo el simbolismo gracias al cual se ha podido entender el mundo ha creado por su propia naturaleza una serie de oposiciones, dicótomas esenciales y básicas, categorías como el masculino y el femenino, el frió y el caliente, el bien y el mal etc. Hoy en día este sistema de clasificación ya no es necesario porque se puede llegar a comprender el mundo sin dividir el espacio.
El pensamiento científico como aquel político y democrático ya no se basan en oposiciones binarias, en dicótomas. Hay igualdad de sexos, un mercado laboral mundial, una red mundial de comunicación. Sin embargo lo que la globalización esconde bajo su apariencia de homologación es una red de muchas desigualdades.
La oposición norte y sur representa la antigua diferencia entre colonizadores y colonizados, así como la organización de los barrios en las ciudades representa una división entre ricos y pobres.
La idea de un mundo sobremoderno en el que las personas, los bienes y la información representarían una globalidad sin fronteras se aleja de la realidad de nuestro mundo.

Entonces para llegar a comprender el nuevo sistema de contradicciones de la contemporaneidad hay que replantar el concepto de frontera. “Ya no es una barrera, sino el paso que señala la presencia del otro y la posibilidad de reunirse con él.”
La globalización se encierra en la idea de un mundo cerrado, concluido, (el “fin de la historia”), de paralización del tiempo, idea completamente contraria al pensamiento político (la democracia se basa en rechazar la idea de totalidad acabada) y científico (que concibe el mundo como un horizonte para descubrir).

LA URBANIZACIÓN DEL MUNDO, Y DEL VACÍO

Se refiere al crecimiento de los centros urbanos, a la aparición de filamentos urbanos que enlazan entre si ciudades situadas a lo largo de las vías de circulación, la Ciburbia de Michael Sorkin: la ciudad suburbana contemporánea en donde viviendas, oficinas, fabricas e centros comerciales
flotan de manera indiferenciada. Un no-lugar urbano con las mínimas funciones de una ciudad.
Esta nueva tipologia de ciudad está definida esencialmente por tres características:
1- La disolución con las relaciones físicas y cultural del lugar. Este lugar es completamente ageografico: la nueva ciudad es un cumulo de fragmentos urbanos que descarta una perspectiva de totalidad;
2- la obsesión por la seguridad, con niveles crecientes de manipulación y vigilancia sobre la ciudadanía; y una proliferación de nuevos modos de segregación;
3- ciudad de simulaciones, la ciudad televisión, la ciudad como parque temático. Aspecto visible en su arquitectura, basada en las mismas premisas de la publicidad, en la idea de pura imagen.

-En la película Lisbon Story de Wim Wenders, como se ve en las imágenes iniciales de la película, el protagonista viaja de Alemania a Portugal sin salir nunca de red de autopista, atravesando un paisaje fantasma que cambia según la hora y descubriendo llegado a su destino, más la periferia que la mima ciudad de Lisboa.

Hoy en día ya no se puede analizar una ciudad sin tener en cuenta los sistemas que la conectan con otra e incluso con el mundo que la rodea, sean estos de información y de comunicación. La ciudad contemporánea entonce se descentraliza y cambia su escala, así como la actividad humana; y la vida que se desatolla en ella se valora en función del flujo que entra y sale de la ciudad.
La urbanización así construida entonces pone en evidencia las contradicciones de la globalización, donde los ideales de libre circulación consumo e información están sometidos al poder que los controla. Paul Virilio en “la bomba informática” pone en cuestión este asunto describiendo como para el Pentagono el global corresponde a todo lo que hace parte del sistema económico mundial y el local a todo lo demás.

La urbanización del mundo evidencia también dos aspectos contradictorios de la sobremodernidad:
la existencia por un lado de la Ciudad mundial (la metaciudad de Virilio) formada por el sistema de comunicación y de circulación que crean una imagen omogenea del mundo, en donde trabajan los mismos arquitectos y mandan algunas empresas.
Por otro lado esta gran ciudad que es el mundo constituye lo que reúne todas las contradicciones y conflictos del planeta, la Ciudad mundo en donde las poblaciones se condensan y se producen diferencias y desigualdades cada vez mas visible y violentas.
La unión de estas dos formas de sobremodernidad crea la aparición de zonas que son el lado oscuro de la universalización, lugares abandonados como aquellos que descubrió el geógrafo francés Philippe Vasset, destinados a la urbanización y habitados por un modo incivilizado. Una especie de no-lugar desnudo” en los que a diferencia de los no-lugares no se manifiesta el triunfo de la modernidad.

LAS RUINAS COMO VISIÓN DEL TIEMPO

El espectáculo de las ruinas de antiguas civilizaciones crea curiosidad y fascinación, es por esto que las ruinas constituyen uno de los objetivos del turismo de masas. En la antiguedad el acceso a las ruinas era un privilegio reservado a la alta burguesía. En el tiempo en ruinas Augé explica como las ruinas nos ofrecen una visión del tiempo pero no de la historia, hablan mas de lo efímero que es el ser humano que de su historia vivida allí.
Hoy en día la experiencia de visitar ruinas se ha democratizado, tanto cuanto el viajar mismo de un sitio a otro; fenómeno que en la época de lo instantáneo en la que vivimos , ya no permite a las ruinas tener la importancia que tenían antes. Las agencias de viaje ofrecen simplemente un listado de lugares, de todo el mundo, como si estuvieran todos en una linea recta, alcanzables para cualquiera.
La uniformización de los espacios de consumo turístico es una de las consecuencias de la aceleración del tiempo”.

La idea de viaje sí que refleja las ruinas, pero unas ruinas que, lejos de evocar un tiempo en estado puro, estarían conectadas con la historia contemporánea, en la que ya no se cree en el tiempo. Hoy en día es imposible que existan las ruinas, ya que lo que muera no dejará huella alguna, sino imágenes”.

LA DIFERENCIA ENTRE VIAJERO (ETNOLOGO) Y TURISTA

Cuando se habla de turismo, lo que sale de primera es el aspecto mas contrastante de hoy en día; el hecho de que los turistas suelen visitar aquellos paises de los que sus habitantes huyen, buscando suerte en otro sitio, muchas de las veces arriesgando sus propias vidas. Uno de los muchos símbolos de la globalización.
-Lo que acomuna el etonologo concebido como viajero asiduo, y el turista actual es el hecho de alejarse de su hogar, sin embargo lo que los diferencias son esencialmente dos características:
1 el primero siempre viaja solo y permanece en el lugar de la visita por un largo período de tiempo. Tampoco se puede negar pero, que algunos turistas poseen el gusto y el deseo de observar y descubrir. Lo que mas bien los diferencia con el etnologo es el método de observación.
2 El turista siempre quiere comodidad y tranquilidad psicofisica, por cuanto se aleje de su hogar, nunca sale de su país, ya que todo lo conduce a ello.
El etnologo vive una experiencia totalmente distinta: llega a perder incluso la visión de sus raíces, viaja fuera de sí mismo, para tener un punto de vista externo y poder así entender el lugar en el que está. Levi-Strauss llamaba esto “la capacidad del sujeto para objetivarse indefinidamente”.

El etnologo, al final de su primer viaje elabora un modelo de reflexión que le servirá para los siguientes, continuará su camino interior, ampliando de viaje en viaje su reflexión; aspecto totalmente diferente del turista, que se limita a coleccionar una serie de lugares visitados.
Un día se da cuenta de que viajar ya no le produce las mismas sensaciones y cuestionarse las mismas preguntas, llega a la conclusión de que ya no es un explorador. Solo le queda hacer balance de las conclusiones, pero al contrario del viajero nostálgico las aplica al futuro.
El proceso de redacción es el final del viaje; el turista espera las vacaciones para poder irse en algún lado, el etnologo sabe que su instancia, solo tendrá sentido una vez terminada, es en realidad un sedentario que se ve obligado a viajar.
Para el etnologo todo supone un objeto de observación, incluidas las emociones que siente o el turista con el que se encuentra cerca de su terreno y que, quizás, experimenta emociones análogas”.

LA CIUDAD RECUERDO

La ciudad a la que recordamos con cariño, que despierta nuestra memoria, resulta esencial en la relación que mantenemos con el lugar en el que vivimos. Esta ciudad entonces es el resultado de una mezcla de sensaciones en la forma de vivirla.
Un lugar en el que se mezclan los puntos de referencia colectivos y las marcas individuales, la historia y la memoria”.

EL CONCEPTO DE MOVILIDAD

Los estudios antropológicos y etnologicos describían los nómadas como una comunidad con sentido del lugar, del tiempo e incluso del retorno. Por lo tanto el concepto de movilidad contemporánea “sobremoderna” se distingue de la idea de nomadismo.
(Sobremoderna referido al concepto Freudiano de sobredeterminación: la existencia de una superabundancia de causas que hace que el análisis de sus efectos sea complejo.)
Cuando se habla de movilidad sobremoderna se entiende por un lado el movimiento de la población, por otro la comunicación instantánea y la circulación de productos, imágenes e información. Y todo esto se contrapone al concepto de nomadismo justo por la paradoja que esta movilidad surgiere: se puede hacer todo sin casi moverse. Esto refleja simplemente la ideología del sistema de la globalización, basado en la apariencia, en la evidencia y en el presente.

Plantearse el concepto de movilidad es plantearse un nuevo concepto de tiempo.
Cuando Fukuyama empezó a hablar de fin de la historia (el acuerdo por un gobierno general, un único idioma y una única economía definiría el fin de la historia de las ideas), ya llegaba tarde, puesto que hablaba de una época sin darse cuenta que ya se había entrado en un nuevo período.
Concebir la movilidad en el espacio pero ser incapaz de concebirla en el tiempo es la característica que define el pensamiento contemporáneo, atrapado en una aceleración que lo sorprende y lo paraliza”.

Necesitamos la utopía, no para soñar con realizarla, sino para tender hacia ella y obtener, así, los medios de reinventar lo cotidiano.
La educación debe enseñar a todo el mundo a mover las barreras del tiempo, para salir del eterno presente, así como a mover las barreras del espacio, a moverse en el espacio, a ir al lugar para poder ver más de cerca y a no alimentarse exclusivamente de imágenes y de mensajes.
Hay que aprender a salir de uno mismo, del propio entorno”.

11 mar 2011

Oliver Boberg

El ámbito de la representación y la percepción de la realidad han sido dos de los principales argumentos de la historia del arte a lo largo de todas las épocas y, de manera especial, tras la llegada de la fotografía.
Con ella, la búsqueda de la perfección, tan ansiada por muchos creadores, encontró una solución que sin embargo, con el tiempo, se descubrirína que no era la deseada, pues la imagen fotográfica se corresponde con una manera de mirar, pero no necesariamente con la realidad.
De la misma manera que el criterio de semejanza en los siglos XVII y XVIII no era la mirada del artista sino los ideales de belleza que albergaban en su interior, el XIX conlleva disociar la percepción, el conocimiento y el mundo real, dando lugar al término realismo, tal y como los conocemos ahora.
Los divertimentos que surgieron a finales del siglo XIX, con la posibildad de manipular y combinar partes de distintos negativo, con los fotomontajes y otros procesos, han evolucionado hasta la actualidad ofreciendo la posibilidad de imágenes increíbles, en las que nos cuesta diferenciar entre lo que está manipulado y lo que no.


Oliver Boberg es otro ejemplo de artista que a partir de la fotografía crea sus proprias interpretaciones de la realidad y la ficción. 
Partiendo de la tradición alemana, de la nueva objetividad y de la Escuela de Dussendorf, lleva los principios de observación cientifica al campo del arte. Formado como pintor realista, pero frustrado por la ornamentalidad de sus pinturas que parecen manifestarse, Boberg volvió a la fotografía, tratando de crear representaciones infalibles del mundo sin renunciar a la satisfacción de la artesanía. Para ello, Boberg vaga por la ciudades y pueblos tomando instantáneas de los lugares comunes: edificios, carreteras, estacionamientos. Recoge los detalles de sus fotografias como guía en la producción de un modelo tridimensional de una estructura o lugar, una maqueta.
Influenciado por el cine y el engaño a pequeña escala de escenografías, Boberg trabaja como diseñador de escenarios, crea sus estructuras a partir de fotografías y tambíen de la memoria. 
Muy en sintonía con el hecho de que el producto final será una sola imagen, el artista construye sus etapas en miniatura, de tal manera que se puede entender desde un solo punto de vsta: el de su cámara.
Sus fotografías desafían nuestras concepciones sobre la naturaleza de la realidad, la memoria y el reconocimiento, y las hipótesis sobre el paisaje y la fotografía. Sus lugares están desiertos, son espacios de cemento, escenas familiares del espacio de la ciudad alienada y moderna, donde la vida humana brilla por su ausencia. Son lugares que reconoce todo el mundo en un instante, pero nadie sabe de dónde exactamente. Evocan recuerdos de las calles y plazas que se transitan con tanta frecuencia que están grabadas en nuestra mente como arquetipo.
En la obra Garteneingang (2001) por ejemplo, Boberg explora el paisaje de la metrópoli moderna sin alma. 
Su capacidad de evocar lo que se puede llamar un "modernismo genérico" reside esencialmente en la naturaleza siempre presente de estas formas aquitectónicas en las ciudades occidentales. Su atención por el detalle y la precisión extrema con la que recrea estos lugares y espacios decrépitos, recorda la dolorosa conclusión de que los simbolos del oeste de auto-idealización no son inmunes al tiempo.
Su credibilidad es por eso misteriosa e inquietante.















 Garteneingang, 2001

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Kleiner Slum 4, 2009
 
 
 
 











Kleiner slum 1, 2009








Rohbau II, 2003

9 mar 2011

El viaje en 3D



Visualización interactiva del prototipo 3D relativo al proyecto "El viaje de una vida".
El modulo de visualización está realizado en Pure Data y Open CV (computer vision).
Aquí pongo los diferentes patch que forman el modulo, con un breve resumen de lo que hace cada uno de ello.



 I - Patch que carga y visualiza en la ventana GEM el modelo 3D de la maqueta en formato .obj,
     mediante el objeto "model".
     En la parte de arriba el objeto en cuestion recibe los valores (mediante los objetos "r" = recive)que
     salen de la detección de la cara por parte de la camara. Los primeros dos valores que se refieren
     a la posición X y Y de la cara detectada se envian al objeto "rotateXYZ" por la primera y la
     segunda entrada, que controlar respectivamente la X y la Y de la ratación del modelo3D. En ese
     caso entonces hay que invertir las posiciones ya que la X de la rotación del 3D corresponde a la Y
     la detección de la cara y así de forma igual funciona la Y.
     El tercer valor que se refiere al tamaño de la cara detectada, (o sea al acercamiento a la camara por
     parte del usuario), se envia al objeto "scale", para que acercando la cara a la camara el modelo3D   ç
     aumenta de escala.
     Antes de ser recibidos por el objeto "rotate", los valores relativos a las coordenadas Y de la cara
     pasan por un filtro, exactamente el objeto "line" lo que hace es diminuir la velocidad en la que
     cambian estos valores. De esta forma el objeto 3D se inclina hacia arriba y hacia abajo de forma
     mas fluida y mas lenta.




















II - "pd gemwin" es un subpatch necesario para crear la ventana GEM de visualización. Está contenido en el patch relativo a la carga y visualización del objeto3D.















III - El objeto "pix_video" colocado al cominzo de ese patch sirve para capturar el video de una
       camara.
       Mediante el objeto "pix_opencv_haarcascade" de OpenCV este patch es capaz de detectar la
       presencia y posición de una cara humana delante de la camara. Para que consiga hacer eso
       al objeto hay que cargarle un file en binario relativo a las estadisticas de detección, hecho
       mediante la comparación de 4000 imagenes de caras en diferentes posiciónes.
       Una vez sacadas las coordenadas de las caras (en ese caso funciona solo con una cara) mediante
       el  objeto "route", y desempaquetada la información mediante el objeto "unpack", se enviar los
       valores de las coordenadas XYZ de la cara al patch de carga y visualización del objeto 3D
       mediante el objeto "s" (send).
       Antes de ser enviados, los valores se escalan mediante el objeto "autoscale" y se saca la media de
       los ultimos 20 frames mediante el objeto "mean_n", objetos siguen en los puntos IV y V.













IV - El objeto "autoscale" sirve para que los valores sacados por un objeto se conviertan en otra escala,
       de manera que el objeto que recibe estos valores puede comprenderlos segun su escala. Se le
       añade por esto, el valor minimo y el maxim, o sea el rango de los valores que saca la nueva escala.
      Así en el caso de la imagen abajo, relativa a las coordenadas X de la cara, el autoscale va desde
      -200 hasta 200, para que al mover la cara a derecha y a izquierda de la pantalla, las coordenadas se
      trasformen para visualizar la maqueta a 360 grados, o sea mas de 180 grados por cada lado.















V - El objeto "mean_n" posicionado antes de que las coordenadas de la cara vayan al objeto 3D, lo que
      hace es sacar la media, en ese caso de los ultimos 20 frames del video. De esta forma se evita que
      el movimiento del 3D se pare de golpe cuando hay errores en la detección de la cara.
      Se le dice al programa, antes de enviar los valores, de sacar la media de los ultimos 20 frames de la
      captura de la camara, y luego enviar el valor. Esto significa que tambien si hay un pequeño fallo en
      la detección, se elimina porque el valor enviado se refiere a la media de los utlimos 20 frames.








6 mar 2011

Marc Augé - El viajero subterráneo. Un etnólogo en el metro

El texto trata de crear una cartografía del metro como mundo social subterráneo. En particular el autor trata el metro de la capital francés como referencia personal y ejemplo general, aunque tiende a precisar que cada sistema por cuanto similar a otros, es diferente; aspecto que se tratará mas adelante.
El autor desglosa una serie de aspectos relativos a la vida bajo tierra del viajero subterráneo, que enlazados unos con otros crean un mapa del mapa de un metro. Una estructura simbólica y de referencias capaz de explicar aspectos importantes de la vida del transito. Aspectos que aquí se van enureando y guardando como algunos puntos clave del Viaje de una Vida.

 PLANO DE METRO COMO CARTOGRAFÍA DE LA MEMORIA

En primer lugar el autor describe como un viajero del metro pueda descubrir que su geología interior tiene puntos en común con la geografía de su ciudad, de las comunicaciones bajo tierra del metro que coje todos los días, y como esto hace despertar recuerdos dependientes a determinados puntos de ese mapa de la ciudad. Como se puede asociar por ejemplo un nombre de una estación a determinados periodos de vida, incluso a recuerdos bien precisos.
Aunque la mayor parte de los recorridos cotidianos en el metro son obligatorios. Por eso, uno no elige guardarlos en su memoria, sino que estos se impregnan en ella como algo automático y obligatorio.
"Los caminos del metro, como aquellos del Señor, son impenetrables: uno no cesa de recorrerlos, pero toda esta agitación sólo cobra sentido a su término, en la sabiduría transitoriamente desencantada de una mirada retrospectiva.
Hablar de metro es pues hablar ante todo de lectura y de cartografía".
 
LA PARADOJA DE LOS DOS OTROS

Las lineas del metro, como aquellas de las manos, se cruzan. Hay una particular relación con las personas con la que nos cruzamos en el metro. No sabemos nada de ellos, pero hay como la sensación de que cuando se cruzan las miradas por unos instantes pueda que estén pensando lo mismo que tu: haciendo balances, recapitular una situación.
Por lo tanto no solo estas lineas se cruzan en el plano, sino que también en la cabeza de cada uno que las transita. "Ocurre que estas lineas se cruzan sin cruzarse, como ocurre un poco con las lineas de las manos".
Sin embargo pero, dice el autor, hay que pensar en la paradoja que nace de esto, a la que el etnólogo está acostumbrado: “todas las culturas son diferentes, pero ninguna es radicalmente incomprensible para las otras.”
La experiencia del metro, llega a sustituir la paradoja del Otro (el otro cultural), con aquellas de los dos otros. Todos los que se encuentran en el metro son otros en el sentido propio del termino; la mayor parte de ellos tiene creencias y opiniones de las que ni siquiera se puede entender su lenguaje (y no habla de los extranjeros que tienen otra cultura). 
(Lo explica hablando de los jóvenes: nuestra historia personal se acelera mientras se ven los jóvenes que tienen todo el tiempo delante; cosa que desde otro punto de vista se invierte. Los jóvenes nos dejan en el lugar en el que estamos y nosotros sentimos que ellos serán quien hará la historia.)
Cada grupo constituye una falsa comunidad, tienen cosas en común, pero las diferentes relaciones con el tiempo, los destinos de cada uno, la historia de cada uno, los diferencia radicalmente entre ellos. Es decir, que solo nos sentimos próximos en la palabra de los demás.
Las generaciones entonces realmente no son nada, solo tienen recuerdos en común de acontecimientos generales. Por eso cada celebración y rememoración es esencial para mantener el estatuto de sociedad. 
Como decía Durkheim “no puede haber sociedad que no sienta la necesitad de conservar y reafirmar a intervalos regulares los sentimientos colectivos y las ideas colectivas que hacen su unidad y su personalidad”. ("Las formas elementales de la vida religiosa" , Madrid, Akal, 1982). 
Cualquier ceremonia, religiosa y no, sirve para tener viva la memoria colectiva, y lo que tiene viva la llama es el pasado compartido. 
En ese sentido los nombres de las estaciones del metro sirven un poco para lo mismo, aunque en la mayor parte de los casos funciona de manera implícita, ya que la mayor parte de las personas no piensan en el significado de los nombres de las estaciones cuando las cruzan cada día; menos los turistas que son aquellos que tienen viva la memoria reconduciendo los nombres de las estaciones a tiempos y lugares ilustres.

EL VIAJERO ASIDUO
Se reconoce rápidamente por la economía elegante y natural de su modo de proceder, por el perfecto dominio de sus movimientos. Cuando se acerca al andén, ya sabe si el ruido que se escucha es de su tren o un engaño debido a la estructura del bajo suelo, y economiza el esfuerzo y la esperanza de llegar a tiempo, ya sabe perfectamente la distancia que le separa del andén y entonces decide si probar la suerte y llegar a tiempo o esperar con calma el siguiente. Una vez llegado al andén, ya sabe donde posicionarse para que al llegar el tren haga lo mas mínimo esfuerzo para entrar, y además para salir a su parada y encontrarse lo mas cerca a la salida a lo exterior.
"Como la soltura de un artesano que modela su objeto de trabajo, el usuario del metro maneja el tiempo y el espacio, y es hábil para medir el uno con el otro".
Las actividades del viajero habitual del metro son variadas: la lectura ocupa una posición importante y relevante, alguna mujeres tejen, otros resuelven palabras cruzadas, otros escuchan música, otros no hacen nada, aunque a una atenta observación se les puede ver el pasar de una emoción fugaz, una preocupación, un pensamiento rápido.

LA LEY DEL METRO: EL HECHO SOCIAL TOTAL 

Si en el metro cada uno vive su vida, esta no puede vivirse en su total libertad. La ley del metro impone un recorrido individual vivido de manera colectiva: "la colectividad sin el festejo y la soledad sin el aislamiento".
Soledad seria la palabra clave para analizar el fenómeno social del metro desde fuera. La dimensión forzada de la sociabilidad, los vagones (los continentes), y los horarios que determinan la frecuentación (el contenido) determinan los diferentes niveles de soledad.
"No hay nada tan individual, tan irremediablemente subjetivo como un trayecto particular en el metro, y, sin embargo nada es tan social, como semejante trayecto. No solo porque se desarrolla en un espacio tiempo sobre codificado sino también y sobre todo porque la subjetividad que en él se expresa forma parte integrante, como todas las demás, de su definición como hecho social total".
Mauss habló de hecho social total para referirse a acontecimientos que implican la totalidad de la sociedad y de instituciones. (M.Mauss: “Essai sur le don”, en Sociologie et Anthropologie).
El hecho social total tiene 2 características: la primera es el lenguaje de la institución, la segunda es el carácter contractual.
El viaje en metro es individual pero al mismo tiempo tiene carácter contractual (la tarjeta semanal de viaje, descuentos etc.). En general es muy natural que un espacio colectivo de transporte surgiere un espacio contractual en el que cada uno, sin embargo hace lo que crea mas oportuno durante su transito.
-La actitud para saltar los tornillos es como un acto para enseñar el derecho al despreciar el contracto social.
-la “obligación” de la propina al músico que en 3 estaciones termina su pieza para evitar perder la mayor parte de su publico; aunque la prestación artística se refiere mas al transeúnte que al viajero del vagón, por lo tanto no está muy marcada la relación contractual del dar y recibir.
-La limosna de los mendigos, que parece haber aprendido que escribir en una pizarra o cartón su situación es mejor que pedir con voz, ya que de esa forma la obligación de devolver se transforma en la obligación de dar. En ese sentido es curioso y significativo el hecho de que hay siempre que explicarse a uno mismo la razón de la abstención a dar limosna.
SISTEMAS SIMBÓLICOS - Levi-Strauss

“Toda cultura puede ser considerada como un conjunto de sistemas simbólicos”.
Cada sistema mantiene relaciones con los demás, sea por el lenguaje, o las reglas matrimoniales, las relaciones económicas. No obstante cada uno de ello tiene su propio ritmo de evolución y los simbolismos de cada sistema pueden solo en parte traducirse con los simbolismos de otros.
Lo mismo pasa en pasar de un medio de transporte a otro, o incluso en cambiar las lineas del metro. Se pasa de un sistema a otro, y los transeúntes están dispuestos a cambiar de lenguaje, de lugar, listos para encontrar lo que les espera. 
Los lugares de conexiones, las estaciones, son lugares privilegiados para observar la idea de hecho total y de sistema simbólico, porque ninguno de los que se encuentran en ese lugar en el mismo momento tiene itinerarios idénticos: algunos regresan, otros parte, otros escapan. El sistema simbólico entonces, en ese caso se adapta a cada uno, se modela según su propio sistema, mezclándose cada vez con cada una de las vidas privadas.
Somos siempre mas sensibles a la apariencia de los seres y de las cosas, que es cada vez mas lo único que tiene sentido, somos mas sensibles al tono de voz que al discurso, al look que a la persona. En el metro esto se transforma en un cumulo de características sociales, cada uno aporta algo en la estructura del espacio, hasta crear una realidad del mundo que le rodea y una red de valores. Se crea un espectáculo: la imagen no cesa de confirmar la imagen, y este juego de imágenes es lo que define el universo simbólico que todos comparten.
Otro aspecto importante del sistema simbólico del metro es la cuestión de la imagen presente en los andenes de conexión, las publicidades, los carteles, las letras. La diferencia principal con otros sistemas de comunicación es el carácter fijo de las imágenes del metro. Se puede decir que en el metro, a la inversa de la televisión, es el espectador el que pasa y la imagen la que permanece.

"Cotidianamente los individuos toman itinerarios que no pueden dejar de tomar, atados a los recuerdos que nacen de la costumbre, y a veces la subvierten; los individuos rozan, ignorándola pero presintiéndola a veces, la historia de los demás, y pasan por los caminos marcados por una memoria colectiva trivializada, cuya eficacia solo se percibe ocasionalmente y a la distancia".
Marc Augé.